El mundo del nu metal está de luto. Sam Rivers, bajista y miembro fundador de Limp Bizkit, falleció a los 48 años, según confirmó la propia banda en un comunicado publicado este sábado 18 de octubre en su cuenta oficial de Instagram.
“Hoy perdimos a nuestro hermano. Nuestro compañero de banda. Nuestro latido”, escribió el grupo junto a una foto de Rivers en el escenario.
“Sam Rivers no fue solo nuestro bajista: fue pura magia. El pulso debajo de cada canción, la calma en medio del caos, el alma del sonido. Desde la primera nota que tocamos juntos, Sam trajo una luz y un ritmo que nunca podrán ser reemplazados. Su talento era natural, su presencia inolvidable y su corazón enorme.”
La publicación, firmada por Fred Durst, John Otto, Wes Borland y DJ Lethal, concluyó con un mensaje emotivo:
“Te amamos, Sam. Te llevaremos con nosotros, siempre. Descansá en paz, hermano. Tu música nunca termina.”
En los comentarios, DJ Lethal pidió respeto para la familia del músico y alentó a los fans a rendirle tributo tocando sus líneas de bajo:
“Denle flores a Sam y toquen sus bajos todo el día. Estamos en shock. Descansá en poder, hermano. Vivirás en tu música y en las vidas que ayudaste a salvar con tu arte, tu trabajo solidario y tus amistades.”
Una vida dedicada a la música y la superación
Sam Rivers fundó Limp Bizkit en 1994 junto a Fred Durst y John Otto en Jacksonville, Florida, y se convirtió en una pieza esencial del sonido de la banda, fusionando metal, funk y rap con una potencia única.

En 2015, Rivers dejó temporalmente el grupo debido a graves problemas de salud relacionados con el alcohol. En el libro «Raising Hell (Backstage Tales From The Lives Of Metal Legends)», el bajista relató cómo una enfermedad hepática casi le costó la vida:
“Me dijeron que si no dejaba de beber, iba a morir. Me sentía horrible, y cuando fui al hospital de UCLA, el médico me dijo: ‘Si no parás, te vas a morir. Necesitás un nuevo hígado’.”
Tras recibir un trasplante exitoso, Rivers logró recuperarse y regresó a Limp Bizkit en 2018, donde permaneció activo hasta su fallecimiento.

El legado de un bajista único
Con su groove inconfundible y su energía escénica, Sam Rivers definió el ADN musical de Limp Bizkit. Su bajo dio cuerpo a himnos del nu metal como “Break Stuff”, “My Generation” y “Nookie”, canciones que marcaron una era a fines de los 90 y comienzos de los 2000.
Más allá del éxito comercial, Rivers fue reconocido por su humildad y su compromiso con causas benéficas. Su partida deja un vacío enorme no solo en la banda, sino también en la comunidad musical global.
Como expresó la banda en su homenaje:
“Sam era único en la vida. Un verdadero legendario entre los legendarios. Y su espíritu vivirá para siempre en cada groove, cada escenario, cada recuerdo.”