Alice Cooper compartió recientemente sus pensamientos sobre la sobriedad en una entrevista con Forbes.
“Vi lo que me estaba perdiendo. La música no es tan gratificante como uno podría pensar”,
dijo Cooper.
“Tenía a la mejor esposa del mundo, la mejor banda, el mayor éxito, pero no tenía lo más importante: Jesucristo”.
“Él no estaba en mi vida”,
continuó.
“Fue un milagro que cuando fui al hospital, salí y nunca volví a tomar, ni siquiera tuve el deseo. Ya pasaron 42 años. Incluso el médico dijo que fue un gran milagro”.

La leyenda del rock habló sobre su lucha contra el alcoholismo y su camino para convertirse en un cristiano renacido.
El camino de Cooper hacia la sobriedad representa un capítulo importante en la historia del rock. Su historia abarca tanto la lucha personal como la transformación espiritual.
Documentos del archivo de Alice Cooper revelan el momento crítico del músico en 1977. Ese año, su alcoholismo alcanzó su punto máximo, lo que lo llevó a recibir tratamiento en el Cornell Medical Center. Sus experiencias con otros pacientes durante ese tiempo inspiraron su álbum From The Inside.

La revista Louder Sound detalló la intervención crucial en la vida de Cooper. Su esposa, Sheryl, y su mánager, Shep Gordon, intervinieron luego de un incidente grave. En ese momento, los centros especializados de rehabilitación eran escasos. El tratamiento en Cornell se convirtió en su punto de inflexión hacia la recuperación.
El progreso inicial de Cooper en Cornell tuvo altibajos. Sufrió una recaída un año después de su primer tratamiento. Su sobriedad duradera comenzó en 1983, marcando el inicio de una travesía de cuatro décadas de abstinencia y fe.
Su transformación fue más allá de la recuperación personal. Su fe renovada se convirtió en el eje central de su identidad, mientras seguía manteniendo su distintiva presencia escénica y carrera musical.